El comercio minorista de Castilla y León lanza un SOS: “Vivimos un momento crítico”

Las asociaciones de comerciantes y las Cámaras de Comercio proponen medidas a la Junta como un nuevo calendario comercial, evitar “murallas” en el centro de la ciudad y control de las páginas de venta de artículos de segunda mano

El sector del comercio minoritario en Castilla y León vive un “momento crítico”. Lo dice los propios comerciantes del sector y la Consejería de Industria, Comercio y Empleo de la Junta. Un largo camino que no viene de ahora. Comenzó con la crisis económica de 2008 con el declive de un sector que ha tenido que afrontar una segunda crisis con la pandemia que, además del periodo de inactividad, ha traído consigo un auge del comercio electrónico afectando gravemente a las ventas del comercio local. A todo ello, hay que sumarle la alta inflación (que ha venido para quedarse) y las medidas que se imponen desde el Gobierno de Pedro Sánchez con motivo del decreto energético. Ante esto, han dicho basta y exigen soluciones.

Castilla y León tiene más de 30.000 establecimientos comerciales que dan trabajo a más de 143.000 personas, el mayor nicho de empleo de la Comunidad, también de trabajadores autónomos. Y ahora mismo, ven con pesimismo su futuro. Esta semana las distintas asociaciones de comerciantes, 23 en total, y las 14 cámaras de comercio de Castilla y León han mantenido una reunión con el consejero de Industria, Comercio y Empleo, Mariano Veganzones, donde le han expuesto la situación “crítica” del sector. Los comerciantes de la Comunidad le han expuesto sus principales inquietudes, cinco en total, y propuestas con el fin de lograr consensuar al máximo una futura estrategia integral. Una charla que, según fuentes de la consejería, “fue muy interesante”.

Uno de los principales problemas que les ha presentado desde las asociaciones es el de rechazar que vuelvan las “murallas medievales” en el centro de las ciudades por culpa de las emisiones contaminantes. La queja es que se impide “el acceso al pequeño comercio”, poniendo “trabas sin dar alternativas de movilidad” para acceder al centro de las urbes. “Hay que evitar que el comercio minorista sea el pagano de una medida en la que el Gobierno invierte mil millones de euros para fomentar las zonas de bajas de emisiones”, comenta Veganzones.

Otro reclamo, y donde más se insiste desde las asociaciones, es la petición de volver a regular los periodos de rebajas. “Hace daño al pequeño comercio, ya que las grandes superficies tienen más flexibilidad para diseñar sus propios periodos”, por lo tanto, piden una adecuación del calendario comercial para que los pequeños negocios pueden hacer frente a sus principales enemigos. Hay diferentes asociaciones que pretenden rebajar el número de festivos para proteger al pequeño comercio, que en estos momentos tiene libertad para abrir durante todos los días, si se cumplen unos requisitos. Exigen que las grandes superficies no tengan tantos días.

 

Negocios rentables, pero sin relevo

El relevo generacional es otro de los problemas al que se enfrenta el pequeño comercio en la Comunidad. Pasear por calles de Valladolid lo demuestra. Son negocios viables, pero que cuando el dueño se jubila no tiene cambio generacional ni forma de traspaso para tener continuidad. Para esto, la Junta pretende hacer un programa de relevos de negocios para buscar soluciones.

También preocupa entre los comerciantes, la formación. Pretenden que se haga una de forma empresarial, que no sea tan regulada como la que se pueda exigir en una Formación Profesional y extensa en el tiempo, y para ello se van a proponer cursos de “tres o cuatro meses, que se adaptan muy bien”. La Junta tiene algunas “ideas” desde el servicio público de empleo para dar respuesta a esta necesidad.

Los comerciantes han encontrado otro enemigo en los canales de venta de segundo mano a través del internet. Esas aplicaciones que permiten la compra y venta de artículos de segundo mano y que, en la mayoría de los casos, no están regulados. No se trata de una competencia de la Junta, pero el Ejecutivo, a través del Servicio de Consumo, intentará tomar medidas. “Son apps tan profesionalizadas que ya son plataformas de ventas. Se trata de una competencia desleal, donde se pueden encontrar artículos falsificados”, lamentan las asociaciones.

También se pretenden poner en marcha campañas de sensibilización sobre el consumo local. Aquí añade el consejero Veganzones que “es necesario que en los colegios se den menos charlas sobre sexo y más sobre comercio local, en las que se destacan los valores intrínsecos del comercio local frente a las grandes plataformas y a los monstruos de Internet”.

Por último, los representantes del sector reclaman también más ayudas para la modernización y la digitalización, así como la puesta en marcha de subvenciones en el caso de que la economía entre recesión.

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